Por este motivo, especialmente en calderas de cierto tamaño, empieza a ser habitual trabajar con rendimientos superiores al 90%. En estos casos, no sólo disminuimos las emisiones, sino que ahorramos tanto dinero en combustible, que el retorno de la inversión adicional para conseguir este mayor rendimiento se produce en un plazo cortísimo, convirtiendo la operación en realmente atractiva tanto desde el punto de vista de impacto medioambiental como financiero.
Caldera NOXMAN de 2 600 000 kcal/h con un rendimiento alrededor del 95%